martes, 14 de noviembre de 2006

Estrenado la sección con los primeros relatos.

Os dejo los primeros relatos que he recopilado de la gente de mi trabajo, más tarde os subo una imágen de los papeles.

Siendo un día como este, lo peor es cuando alguien llama a la puerta,
no es por no levantarse, pero molesta cuando vas y no hay nadie, malditos bastardos, como los coja...
Me levanto y me echo una copa, y me sorprendo cuando veo que no hay hielo, no recuerdo la última vez que me pasó algo parecido.


Y entró por la puerta, el ente que más qu andar levitaba, su sola presencia me ponía la carne de gallina, iba de negro y se difuminaba en la oscuridad, se llamaba...


En las últimas horas del día creyó caer en la desesperación, había sido un día dificil, había sido un día triste, un día de los que deseas olvidar. Por un momento pensó en desistir y abandonar esta vida. Pero en un momento de lucidez encontró fuerzas para dormir, y así en la noche olvidarlo todo y llegar al día de mañana, un día más feliz.


Un chico triste, desolado por la vida, un día encontró a una pandilla de amigos nuevos. La unión en ellos fue muy fuerte. Hasta que un día uno de ellos se tenía que marchar, la despedida fue un poco triste, pero la amistad sería para siempre.


Caminando el burrito de pollo por las áridas y calientes mesas de la cocina del YET, topó en su camino con un
nugget de su misma raza:
-Burrito: ¿Donde vas buen Nugget?
-Nugget: Voy de peregrinación hacia la Santa Freidora, ¿Y tu, amable Burrito? ¿Dónde vas?
-Burrito: Yo también voy hacia el mismo lugar, ¿Podémos seguir nuestro camino juntos?
-Nugget: De acuerdo, amigo, vamonos.
Y continuaron juntos y felices, pero lo que ellos no sabían es que en los alrededores estaba el temible Pollo Cajún...


Érase una vez un baúl con unos personajillos negros, negros, negros y blancos, blancos, blancos, donde pasaron y pasarán
momentos dulces y amargos.


Érase una vez una cocina enla que siempre estaban de guasa, divirtiendose y jugando al billar con los tomates encima de las encimeras.


Esto era una patata clásica que luchaba por mantener su permanencia en el reino, pero apareció una nueva especie, las rizadas onduladas, y la competencia se aumentó aún más con la llegada de laas gajo la eestripe del maiz.
Eran tiempos de constantes luchas...


Íbamos los dos al atardecer, oscurecia, no podiamos ver, yo conducia, iba a más de cien... Encendí las luces para poder ver, había un letrero de desviación, el cual nos pasasmos sin preocupación, lo malo fue al querer frenar, el auto loco fue a dar al fondo del mar...


(Recuerdo de su alcoba)
Era una noche más, normal, fría y solitaria, como todas. De pronto, ella apareció y se metió en mi cama, que en ese momento era su cama, me acarició, me besó, me abrazó, fué una noche fantastica, luego desperté. Había sido una noche más, como todas en las que la almohada fué extremadamente cariñosa.


Era un sábado como otro de tantos, salimos a tomar una copa, cuando después de un par de copas mi compañero se empeñó en que teniamos que ligar, después de un rato por fín una chica se fijó en él, pero cuando le sonrió me fijé que se le escapaba el aire entre los dientes y (mi compañero) no se atrevía a seguir. Acabamos con un pedo tremendo.
Moraleja: A caballo regalado no le mires el diente.


Estaba yo una fría tarde de invierno sentado en un barril de cerveza en la cocina, cuando vi pasar algo sobre mi cabeza, y pensé "¿Será el Super Coco?", pero no, al mirarle le roconocí perfectamente, era el famoso y único Pollo Cajún, el cual después de hacer un sensual y atrevido aposamiento, alzó el vuelo y desapareció por el horizonte de las freidoras...


Había una vez un perrito que estaba triste y sólo porque no tenía hogar ni una familia con la que compartir su vida.
Un día, una buena pareja lo vió caminar por una calle solitaria y le ofrecieron un poco de comida, el perro comió muy agradecido.
Después de uno y otro día, el perro siguió a la pareja hasta su casa, y ellos lo acogieron felices y nunca volvió a estar solo.